Juan Muro
2008-05-27 10:27:25 UTC
Una nueva versión del programa, ¡qué putada!:
Y no solo del programa, que ahora sale otra vez una nueva versión de toda
una suite, lo que casi seguro supone un cambio de tecnología, o la aparición
de otras nuevas.
Adobe saca de su mágica manga en esta ocasión la Creative Suite 4, aún no sé
si con muchas novedades, ni tampoco sé de su relevancia, porque en la última
versión las novedades han sido tantas y tan importantes que uno ya ni se
imagina cuáles son los derroteros han podido tomar las cosas. Así que no
quiero ni puedo comentar ahora las novedades, lo que me llama la atención es
la premura con la que trabajan en esta empresa, y por extensión en todo el
sector de desarrollo informático, que es tan vertiginosa que casi resulta
imposible ponerse al día en más de un programa antes de que se nos presente
una nueva versión, con nuevas herramientas, cambios en las interfaces y
posibles nuevas versiones de los lenguajes de programación que a veces dejan
obsoletas nuestros trabajos antes de poder compilarlos.
El ritmo de revisión de los programas es tan frenético que un cliente deberá
prever aumentos en el gasto en software de varios cientos porcentuales, pero
además aumenta notablemente la dificultad de la curva de aprendizaje del
desarrollador, lo que redunda en mayor tiempo de formación y por tanto en la
reducción de desarrolladores en el mercado laboral, y también en su
especialización, por lo que disminuye la cantidad de trabajos desarrollados
con las más avanzadas técnicas y no olvidemos que la especialización
tecnológica mediatiza la creatividad al centrar al desarrollador en
especificaciones técnicas.
No vale el argumento de que siempre se pueden seguir usando las herramientas
antiguas. A nadie metido en 'nuevas tecnologías' se le puede pedir que use
'antiguas tecnologías', porque ello supone una merma en la profesionalidad,
una pérdida de posición en el mercado y un alejamiento de las tendencias más
actuales.
La aparición de nuevo software, que hasta hace relativamente poco era
considerada una excelente noticia, se está convirtiendo en una amenaza para
el profesional, en un gasto impensado para el cliente y en una comunidad de
usuarios tan especializada y fragmentada como individualizada.
Esto no es una crítica a la casa Adobe, en concreto, sucede en todos los
sectores de la producción y es la prueba fehaciente de que el capitalismo no
tiene como fin generar riqueza, sino competencia. Pero es cierto que los
desarrolladores estamos en la primera línea de este frente y somos los
primeros en sufrir las consecuencias de este fenómeno incontrolable.
Salu2
`8¬]
Juan Muro
Y no solo del programa, que ahora sale otra vez una nueva versión de toda
una suite, lo que casi seguro supone un cambio de tecnología, o la aparición
de otras nuevas.
Adobe saca de su mágica manga en esta ocasión la Creative Suite 4, aún no sé
si con muchas novedades, ni tampoco sé de su relevancia, porque en la última
versión las novedades han sido tantas y tan importantes que uno ya ni se
imagina cuáles son los derroteros han podido tomar las cosas. Así que no
quiero ni puedo comentar ahora las novedades, lo que me llama la atención es
la premura con la que trabajan en esta empresa, y por extensión en todo el
sector de desarrollo informático, que es tan vertiginosa que casi resulta
imposible ponerse al día en más de un programa antes de que se nos presente
una nueva versión, con nuevas herramientas, cambios en las interfaces y
posibles nuevas versiones de los lenguajes de programación que a veces dejan
obsoletas nuestros trabajos antes de poder compilarlos.
El ritmo de revisión de los programas es tan frenético que un cliente deberá
prever aumentos en el gasto en software de varios cientos porcentuales, pero
además aumenta notablemente la dificultad de la curva de aprendizaje del
desarrollador, lo que redunda en mayor tiempo de formación y por tanto en la
reducción de desarrolladores en el mercado laboral, y también en su
especialización, por lo que disminuye la cantidad de trabajos desarrollados
con las más avanzadas técnicas y no olvidemos que la especialización
tecnológica mediatiza la creatividad al centrar al desarrollador en
especificaciones técnicas.
No vale el argumento de que siempre se pueden seguir usando las herramientas
antiguas. A nadie metido en 'nuevas tecnologías' se le puede pedir que use
'antiguas tecnologías', porque ello supone una merma en la profesionalidad,
una pérdida de posición en el mercado y un alejamiento de las tendencias más
actuales.
La aparición de nuevo software, que hasta hace relativamente poco era
considerada una excelente noticia, se está convirtiendo en una amenaza para
el profesional, en un gasto impensado para el cliente y en una comunidad de
usuarios tan especializada y fragmentada como individualizada.
Esto no es una crítica a la casa Adobe, en concreto, sucede en todos los
sectores de la producción y es la prueba fehaciente de que el capitalismo no
tiene como fin generar riqueza, sino competencia. Pero es cierto que los
desarrolladores estamos en la primera línea de este frente y somos los
primeros en sufrir las consecuencias de este fenómeno incontrolable.
Salu2
`8¬]
Juan Muro